lunes, 11 de marzo de 2024

Nevermore

And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted - nevermore!
Edgar Alan Poe. The Raven

Y mi alma, de esa sombra que yace flotando en el suelo
no se levantará - ¡nunca más!
Edgar Alan Poe. El cuervo


Nunca más. Ya nunca más.

Como Dios nos cría y nosotros nos juntamos, en las redes estoy rodeado de viciosos de la arquitectura, que no hacen más que poner fotos y planos de edificios. Estoy viendo ahora más proyectos que en toda mi vida, de todas las partes del mundo y de arquitectos de quienes jamás había oído hablar.

Abundan más las obras tranquilas, sensatas y lúcidas que las espectaculares y extravagantes (sé elegir de quiénes me quiero rodear), hasta el punto de que en un primer vistazo a algunas de ellas llego a pensar: "Esto lo podría haber hecho yo". "Esto lo sabría hacer yo". (Pero llevo treinta y nueve años diseñando casas, varios cientos, y jamás he hecho nada ni remotamente parecido).

Una de las últimas casas que me han mostrado es esta:

Residencia Hawkins. Cheltenham, Sidney, Australia.
Philip Cox, arquitecto

Y ha desencadenado en mí una cascada de emociones(1), que es la que os voy a intentar contar aquí.

lunes, 4 de marzo de 2024

Miedo

Un amigo mío, de mi edad, fue a consulta del urólogo (también aproximadamente quinto suyo) y este le preguntó si se levantaba de madrugada para ir al baño. Mi amigo le contestó: "¡Pues claro; como usted!"

Y sí; yo también. Y algunas noches dos veces. Es muy desagradable abrir el ojo de madrugada, con lo a gusto y lo calentito que estoy, urgido por una presión tiránica en la vejiga.

Sin embargo el sábado me desperté de repente por otro motivo. De nuevo se me había metido en mi colodrillo (y supongo que en mi sueño) la casa de X.

El padre de Mafalda, preocupado, no puede dormir. Quino

Me ha pasado dos o tres veces en los últimos dos o tres años. Hay en esa casa algo que no me gusta, algo con lo que no estoy tranquilo. Le doy vueltas a la cabeza y no hago más que ver cosas horribles.

miércoles, 28 de febrero de 2024

¿Quién necesita arquitectos?

Bernard Rudofsky, basándose en una exposición que hizo el MoMA, publicó en el año 1964 un libro titulado Architecture Without Architects que se hizo famoso, y que fue traducido al español como Arquitectura sin arquitectos por la Editorial Universitaria de Buenos Aires en 1973. (Cuánto tenemos que agradecerles a las editoriales hispanoamericanas todos los lectores en español, y sobre todo los españoles).

La exposición y el libro consiguiente eran un canto a la arquitectura vernácula, espontánea, tan diferente a la que hacemos los arquitectos que puede decirse que no es la misma disciplina. No solo los métodos son distintos. Lo son la concepción, la necesidad, el planteamiento, la finalidad, todo.

Aquí quizá sea pertinente una acotación: Creo que toda arquitectura tiene arquitecto; otra cosa es que este tenga o no tenga título académico. En toda obra de construcción hay alguien -una o varias personas- que decide, que piensa, que diseña, que estima costes y que adquiere responsabilidades. Si esa obra de construcción goza de alguna de las cualidades que la hacen acreedora de ser llamada "arquitectura", entonces a esas personas que la han pensado se les ha de llamar "arquitectos" o "arquitectas".

miércoles, 21 de febrero de 2024

El tercer hombre

A Carlos Bento Company, que lo
mencionó en Facebook.


Renzo Piano (Génova, 1937) y Gianfranco Franchini (Génova, 1938 - Génova, 2009), paisanos, se conocieron muy jovencitos estudiando arquitectura en el Politécnico de Milán e incluso compartieron habitación. Con el tiempo, y ya titulados, trabajaron juntos y se les unió Richard Rogers (Florencia, 1933 - Londres, 2021).

Los tres jóvenes talentosos dieron la campanada cuando ganaron uno de los concursos de arquitectura más importantes de la segunda mitad del siglo XX: el Centro Georges Pompidou en el centro histórico de París. Tocaron el cielo y, de rebote, el infierno.

martes, 13 de febrero de 2024

Insultos

Tengo un lector que me insulta.

Mi madre siempre decía que el mayor desprecio es no hacer aprecio, y así lo he hecho hasta ahora con este personaje. Leo sus estúpidos y malignos comentarios y paso de él. Pero hoy me decido por fin a escribir para decirle que ha ganado.

Sí, le felicito a usted: ha ganado. No sé qué, pero ha ganado. Para usted la perra gorda. Ya puede celebrarlo. Hala.

Reproducción de uno de los bloques de la casa Ennis, de Frank Lloyd Wright.
Regalo de un amabilísimo lector de este blog.

martes, 6 de febrero de 2024

El monje de la boina

He visto esta foto que me ha llamado muy poderosamente la atención: Le Corbusier visitando las obras del convento de La Tourette. Todos los monjes lo acompañan y lo escuchan.

¿Todos? ¡No! Un monje irreductible, tocado con una gran boina resiste todavía y siempre al arquitecto.

(Podéis clicar la foto para verla más grande, pero de todas formas os amplío al monje de la boina):

Está subido a un muro y mira desafiante a un punto, me da la impresión de que no tanto porque aquel punto le atraiga como para hacer ostentación de que no le interesan nada ni ese otro que todos miran ni el arquitecto a quien parecen respetar tantísimo. Ese monje solitario y testarudo, ágil y desafiante, parece decir: "Habla, chucho, que no te escucho" y "Ja; Lecorbusieritos a mí".

lunes, 29 de enero de 2024

El desaforado y febril disparate de Fred Mamany

Hay espacios que nos hacen replantearnos nuestro concepto de arquitectura, nuestro criterio de belleza e incluso nuestras convicciones éticas y nuestras ganas de vivir.

Hay cosas que son insoportables. Por ejemplo este restaurante:

¿Podríais comer ahí, tranquilamente sentados, un trozo de carne asada sin tener sobre vuestra conciencia catorce asesinatos? ¿Podrías comer como si tal cosa, sin que se os alterara una docena de constantes vitales? Yo (y eso que soy muy comilón) no probaría bocado. Es más, me pondría a llorar desconsoladamente con un infinito sentimiento de desamparo y con la certeza de que nadie me quería y de que la vida no tenía sentido.